Friday, 26 April 2024

EL SILBADOR, Ondjaki

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silbadore

Traducción: Florencia Garramuño
Medidas: 24 x 14 cm.
ISBN: 978-987-25755-7-1
Páginas: 120.
Precio: $ 58
Distribuye: PROEME - This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Editorial Letranómada: www.letranomada.com
Directora: María Eugenia Romero

Novela
El silbido llegaba a la calle ignorando las reales barreras que eran las paredes de la iglesia. El eco no había sido distorsionado; la melodía llegaba fresca, nítida, perturbadora, llorosa, elevada, en una perfección sonora asombrosa que revelaba, principalmente, un conocimiento meticuloso de la técnica del silbido, del posicionamiento de la lengua y del tono resultante, de la manera secreta de no dejar secar la boca ni los labios, del orificio mínimo por donde soplando se creaba aquella magia de otro mundo. Se notaba que el hombre había adquirido un conocimiento profundo de las esquinas y de los corredores de sonido de la iglesia, de las consecuencias de silbar hacia arriba y hacia abajo, del resultado de un silbido que rodaba velozmente por el cuerpo y por el alma, de los asombrosos efectos que obtenía si, esperando el magnífico sonido del eco, tomaba con cuidado y calma la punta de ese eco y nuevamente se embarcaba hacia la continuidad del silbido mágico, del sonido cíclico, bello, inimitable, que, en la elocuencia del caos, él descubría.
Una mañana lluviosa de octubre, un hombre llega a una pequeña aldea africana, con una iglesia de un lado y un solitario baobab del otro. Al entrar en la iglesia, el hombre comienza a silbar y el sonido que produce en tan hermoso que genera un efecto inesperado. La aldea y sus habitantes empiezan a transformarse.
Ondjaki dota a su historia de un tono sorprendentemente esperanzador. La risa y la alegría son elementos renovadores para la literatura de un país estragado por los duros efectos de la guerra civil.
Ondjaki entreteje sus lecturas de la literatura europea, americana y africana en una historia simple, cautivante. Logra una escritura de tono propio que alcanza momentos de pura intensidad poética. Rica en animismos, diminutivos, elementos mágicos y de ensueño, no excluye el erotismo y el humor.
Construye una atmósfera tan vital como estremecedora, donde cada elemento se fusiona en la heterogénea unidad de la vida y la naturaleza mismas.
El Silbador, editada por primera vez en español por la editorial Letranómada, es una excelente oportunidad para adentrarse en la literatura lusófona africana contemporánea.

ondaddds

Ondjaki nació en Luanda, Angola, en1977.
Se graduó en Sociología, en Portugal, con una tesis sobre el gran escritor angoleño Luandino Vieira.
Es uno de los jóvenes escritores más talentosos de África.
Entre sus obras se destacan Bom dia camaradas (2003), Os da mina rua (2007), Quantas madrugadas tem a noite (2004) y Avó dezanove o segredo do soviético (2009).

El Silbador (O Assobiador), editada por Letranómada, es una de sus primeras novelas traducidas al español.
Ondjaki obtuvo el Gran Premio de Cuento Camilo Castelo Branco2008 de la Asociación Portuguesa de Escritores por su libro Os da mina rua. Ese mismo año, fue distinguido con el premio Grinzane for Africa y, en 2010, por su novela Avó dezanove o segredo do soviético, con el prestigioso Jabuti.
Actualmente reside en Brasil.

La llegada
Ese viaje se hacía muy temprano por la mañana,
como ocurre muchas veces en África,
a las cinco, cinco y media..., y me quedé solo.

MicheL Laban
Llegó en octubre, al mismo tiempo que las lluvias largas y silenciosas de aquella aldea. Le caían los cabellos por los costados flacos de la cara, la ropa estaba totalmente empapada y pesaba, sus ojos apenas se abrían de tanto espanto; era una lluvia como cualquier otra, pero sin el don natural de hacer ruido al caer. Creyó estar en el medio de una intensa niebla y abrió la boca. Probó el agua y se sentó en la puerta de la iglesia. Nunca había vivido una lluvia como esa. Apoyó el bolso en las escaleras. Miró, aún con esa mirada mojada, las palomas que circundaban la iglesia y retomaban su vuelo. Sólo ellas hacían ruido. Pero a lo lejos una manada de burros grises, gordos y alegres paseaban amontonados. Entró en la iglesia con paso menudo, sin hacer ruido. Era muy temprano y ya se había celebrado la primera misa. Respiró el aire que había ahí, sintió que una delicada religiosidad le penetraba los pulmones y el corazón. La belleza de la arquitectura, la luz que se filtraba por los vitrales, la mañana y el momento, la ausencia del Padre lo hicieron comenzar a silbar. Descubrió, al finalizar las primeras notas, que se trataba de uno de los mejores lugares del mundo para silbar melodías. En un silbido tímido, fino, pero que hacía eco en la pequeña iglesia, confirmó que la propagación del sonido era influenciada por la dirección hacia donde silbara, y detectó inmediatamente siete corredores de sonido, cada cual con su efecto. Como no apareció nadie que le dijera nada, prosiguió en sus pruebas: un poco más alto, con bellas trepidaciones entonó una melodía más exaltada, digna de aquel espacio tan acogedor como adecuado para silbar. El sonido circulaba como una entidad autónoma cuyos tentáculos necesitaban ejercer un reconocimiento sensible del terreno. Las palomas se posaron en las enormes ventanas, del lado de afuera. Eran tantas que sus sombras gordas, proyectadas hacia el interior de la iglesia, oscurecieron las paredes y los santos. Paradas, quietas y silenciosas, parecían sólo escuchar la melodía que en la grandiosidad del eco se destacaba. El Padre se asomó a la puerta y no detectó al responsable de aquel sonido paradisíaco. La mañana era, entonces, una mezcla de variadísimas densidades, ya fuera por la presencia de las aves quietas, ya fuera por un presentimiento mundano o por el manantial de pequeños brillos que acompañaban a aquella lluvia de otoño. La música, en un silbido simple, recreaba un universo inédito dentro de la parroquia, y todos los corazones de los asistentes –Padre, palomas, golondrinas, ¡el mundo!– se revestían de una nueva coloración carnavalesca: era una celebración íntima.

Sentado en el último de una enorme fila de bancos, el Padre no se secaba las lágrimas. Las palomas no se despertaban. El hombre no paraba de silbar. Se movía en forma lenta, dirigía el silbido hacia el séptimo corredor de sonido, y en una última exaltación, terminó su melodía. El Padre lo identificó y, secándose las lágrimas, en voz baja dijo:

–¡Bendito seas, hijo mío!

Literalmente pinta tu aldea.
Ondjaki es un escritor y sociólogo que nacido en Angola, vive en Brasil y representa la nueva narrativa de su país de origen. Una literatura fresca, sensual y expresiva sobre lo que sucede en una aldea cuando se desatan los sentidos.
Sergio Kisielewsky, Radar Libros, Página 12.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-4660-2012-05-06.html

Un edén de cruces memorables.
La noción del tiempo se pierde en la narración de este autor que es publicado por primera vez en Argentina. Estructurado en cinco actos, el libro se escapa de cualquier encuadre genérico para convertirse en una suerte de "relato lírico" que entusiasma y sorprende.
Silvina Friera, Página 12.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-24494-2012-03-02.html

La belleza del silbido.
Ondjaki, uno de los jóvenes escritores más talentosos de África, construye una novela con cadencia poética. Entre los fragmentos, se encuentran desde el escritor angoleño Luandino Vieira –sobre quien escribió su tesis de grado– hasta Clarice Lispector, pasando por los clásicos de juventud –al estilo de Rimbaud– y la sabiduría de los poetas orientales. Superponiendo el recorrido de los viajes y las lecturas personales al viaje mismo del silbador, este escritor –del que esperamos pronto nuevas traducciones tan buenas como ésta que aquí presenta la editorial Letranómada, a cargo de Florencia Garramuño– se presenta a sus lectores en la búsqueda de un espacio, al menos transitorio, donde escribir o silbar: dos expresiones que, por otra parte, no hacen sino confluir en la música del texto.
Valeria Meiller, Revista Ñ, Clarín

¿Quién será el semidiós?
¿Hay algún orden en el caos del mundo? ¿Ese orden es divino? ¿Ese caos es ilusión humana? El silbador, del angoleño Luandino Vieira (alias Ondjaki), es un texto que podría leerse como una novela- alegoría de la condición divina del mundo y de la condición humana del hombre. El Silbador es un forastero en la aldea recóndita donde sucede el hecho fantástico: la "intensidad bélica" infinita de "melodías metafísicas" que producen, en este mundo, la interrupción encantada, milenaria, atemporal o cíclica, salvaje y bella a la vez, escatológica y sexual sin tabúes ni pudores, animista y materialista. El Silbador es un forastero divino y humano, semidiós o médium, que, por medio del sueño, del recuerdo, de la música y de los poemas ilegibles, inentendibles y estéticamente hermosos, da vida o revive la epifanía: un satori sensible y voluptuoso, humano. El límite humano es el agua y el silencio divinos. El límite divino, la música y la
poesía del hombre.
Carolina Kelly, Diario Perfil

Magia de otro mundo
Un intenso lirismo colorea las páginas de una novela encantadora que celebra el erotismo, la vida sin lujos pero digna, la ceremonia de la siesta, el poder de los sueños, la murmuración vecinal, la naturaleza exuberante; y que contiene qué nombres: Ko-Timablo, el sepulturero; dona Mamán; KeMunuMunu, el viajante; Dissoxi, un misterio en forma de mujer. La prosa es suave y colorida, con una cierta solemnidad que ya no es occidental. Puede compararse el libro con un diamante: un objeto raro, valioso, bello, que aviva la imaginación de las gentes. Una magnífica idea fue traerlo al castellano. "Al final-dice Ondjaki- la música es el único sonido humano parecido al silencio".
Guillermo Belcore, La Prensa

Con una prosa de plasticidad notable, Ondjaki construye un relato que destila un lirismo acompasado, cautivamente, como una melodía silbada que se incrusta en la memoria emotiva.
Matías Capelli, Los Inrockuptibles

El silbador es una novela que se lee de un tirón no porque sea corta, sino porque al leerla se la escucha. Y nadie quiere abandonar una bella melodía.
Hugo Paredero, Hoy más que nunca, Radio Nacional

El misterio de las palabras. Susana Anaine, Revista Ñ Digital
http://weblogs.clarin.com/revistaenie-elmisteriodelaspalabras/2012/04/20/el_silbador/

Africa Mía. Katerina H., Revista Siamesa.
http://www.revistasiamesa.com.ar/2012/03/el-silbador-de-ondjaki.html

Elogio en el blog Filba.org.ar, Diana Bellessi en la inauguración del Filba
http://filba.org.ar/fundacionblog/2012/03/23/un-laberinto-del-cual-no-tenemos-el-mapa-de-salida/

Próximos títulos de la editorial:
EL DRAMA SIN ATENUANTES. Conversaciones Néstor Sánchez – Carlos Riccardo, de Carlos Riccardo.
ZAPATOS DESATADOS. Una especie de biografía, de Raymond Federman.

Títulos anteriores de la editorial:
AGUA, PERRO, CABALLO, CABEZA, de Gonçalo Tavares.
HISTORIAS FALSAS, de Gonçalo Tavares.
TEATRO Y PODER POLÍTICO EN EL RENACIMIENTO ITALIANO (1480-1542) entre la Corte y la República, de Nora H. Sforza.
Y LOS PECES ESTORNUDARON, de Unai Elorriaga.
MELODÍAS ARGENTINAS, de Milita Molina.
BIBLIOTECA, de Gonçalo Tavares.
ZETTEL, de Héctor Libertella.
LA INVENCIÓN DE LO VISIBLE, de Patrick Vauday (Biblioteca de Filosofía e Imagen).
AL LAO DEL RÍO, de Néstor Torres (Colección Sueltos).
VIDAS CÉLIBES, de Remo Bianched. (Colección Sueltos).
COSAS POR EL ESTILO, de Javier Fernández (Colección Sueltos).
SALTO DE MATA, de Hugo Savino (Colección Biblioteca de Autores Argentinos).
JERUSALÉN, de Gonçalo M. Tavares (Colección Traducciones)
BREVES NOTAS SOBRE LAS CONEXIONES, de Gonçalo Tavares (Colección Sueltos).
A MAROMA, de Laura Estrin (Colección Sueltos).
JARABE DE PICO, Perla Sneh (Colección Sueltos).
CRÓNICA DE SOMBRAS, de Andrés Allegroni (Colección Biblioteca de Autores Argentinos).

 

 

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